La lección que BeReal deja a los negocios: Innovar no basta, hay que hacerlo constantemente

¿Recuerdas cuándo fue la última vez que recibiste una notificación de BeReal? Hace un par de años, esta red social llegó como un soplo de aire fresco, rompiendo los esquemas establecidos con una dinámica sencilla pero innovadora: tomar una foto espontánea en un momento aleatorio del día.

BeReal se posicionó como una alternativa genuina en un entorno saturado de filtros y contenido estratégicamente planificado. Su propuesta se sentía más como un juego que como una red social tradicional, con notificaciones que retaban a sus usuarios: ¿Qué estás haciendo justo ahora?

Sin embargo, lo que comenzó como una experiencia emocionante perdió su magia con el tiempo. Hoy, BeReal apenas figura en el panorama digital. Recuerdo una conversación con Bárbara Monte Grao en uno de sus podcasts, donde discutimos dos aspectos clave que podrían anticipar el declive de esta app.

Las debilidades de BeReal: Presión social y monotonía

El primer problema que señalamos era el impacto emocional en los usuarios, especialmente en aquellos más susceptibles a la presión social. La incertidumbre sobre cuándo llegaría la notificación para publicar generaba ansiedad en muchos. De hecho, un estudio de 2022 reveló que el 82% de los usuarios había esperado hasta estar en un momento interesante para compartir su foto, mientras que el 68% admitió sentirse mal al comparar sus rutinas con las de otros. Más preocupante aún, el 35% señaló que esa sensación era más intensa en BeReal que en otras redes sociales.

El segundo problema radicaba en la falta de evolución de la app. La mecánica de publicar una foto diaria pronto se tornó repetitiva, dejando a los usuarios con un sinfín de imágenes monótonas: ventanas, escritorios y pantallas de ordenador. Sin novedades que mantuvieran la experiencia fresca y creativa, el entusiasmo inicial se desvaneció. Muchas personas abandonaron BeReal, optando por redes sociales más versátiles como Instagram, que ofrecían herramientas similares con un ecosistema más dinámico.

Aunque BeReal intentó reaccionar añadiendo funciones como «strikes», «lates» y perfiles de marca, estas actualizaciones llegaron demasiado tarde. Para entonces, el pico de popularidad de la app ya había pasado.

La innovación constante como clave para el éxito

El caso de BeReal es un recordatorio claro: una idea innovadora no garantiza el éxito si no se mantiene en constante evolución. Las necesidades del público cambian rápidamente, y un proyecto que no se adapta está condenado al estancamiento.

En Think On Marketing, este principio es una de nuestras piedras angulares. Por ello, utilizamos la metodología Agile, que nos permite trabajar en ciclos cortos (sprints) y ofrecer valor tangible de manera continua. En lugar de planificar a largo plazo y asumir riesgos innecesarios, preferimos construir proyectos de forma iterativa, probando hipótesis, recibiendo feedback y adaptándonos al ritmo del mercado.

Un concepto clave en nuestra metodología es el producto mínimo viable (MVP), que consiste en desarrollar una solución funcional con las características esenciales, mejorándola progresivamente en sprints sucesivos. Este enfoque flexible nos permite responder a las necesidades reales del público y aprovechar nuevas oportunidades en un entorno cambiante.

BeReal: Una lección sobre adaptabilidad

El fracaso de BeReal no radica en su concepto inicial, sino en su incapacidad para renovarse. Su declive demuestra que innovar no es suficiente: la verdadera clave está en hacerlo de manera constante, anticipándose a los cambios y ajustando estrategias para mantenerse relevantes.

Para las empresas, este caso refuerza la importancia de escuchar a su público, adaptarse con rapidez y priorizar la entrega de valor continuo. Es la diferencia entre quedarse obsoletos o mantenerse a la vanguardia.

Por cierto, BeReal fue adquirida en junio de este año por una firma francesa de videojuegos, que planea relanzarla con nuevas funcionalidades. ¿Logrará recuperar su relevancia? Solo el tiempo lo dirá, pero lo que es seguro es que las segundas oportunidades siempre llegan con grandes retos.